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Arquitectos: Bernardes Arquitetura
- Área: 967 m²
- Año: 2013
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Fotografías:Leonardo Finotti
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La Casa JCA es una residencia de verano en Bahía, que también sería utilizada con bastante frecuencia en otras épocas del año. Una casa para andar descalzo, con una organización espacial contemporánea sin perder su esencia regional.
La casa se desarrolla sobre una gran cubierta de madera de cumarú elevada del suelo. Sobre él, dos volúmenes independientes reciben parte del programa: en el bloque más pequeño se encuentran la suite principal, la cocina, la despensa y el aseo; el bloque más grande alberga cinco suites. Un gran tejado a dos aguas con una proyección rectangular unifica los volúmenes y crea nuevos espacios con techos altos que dan paso a los salones y comedores, así como a las galerías de circulación. En el sótano se encuentran otras zonas de servicio y una sala íntima con cine en casa. La gran cubierta de madera conecta la casa con la piscina y el anexo de ocio y vivienda situado en el otro extremo del sitio.
La casa es de una sola planta, lo que evita una mayor interferencia en el paisaje. La gran cubierta de madera de cumarú separa la casa del terreno, lo que contribuye a reducir los efectos de la humedad. El proyecto también cuenta con sistemas de ventilación cruzada debido a la amplitud de los espacios y las aberturas.
Priorizamos la integración entre el exterior y el interior a través de decisiones de diseño como: la continuidad del suelo desde el exterior al interior; la permeabilidad de los cerramientos -un elemento ahuecado a modo de cobogó en la fachada de toda la galería de circulación que tiene la función de filtrar la luz solar a la vez que genera privacidad y permite la ventilación cruzada-; cerramientos con persianas en las habitaciones; los planos acristalados que garantizan la transparencia y la posibilidad de aperturas totales en la zona común; la creación de jardines interiores en los accesos a las suites.
Por otro lado, las soluciones contemporáneas evocan ambientes e imaginarios regionales y tradicionales: la cubierta a dos aguas con tejas de barro en contraste con la atrevida estructura de madera; los volúmenes de los bloques independientes de la cubierta y los espacios libres resultantes se forman en las zonas comunes con una relación directa con el exterior, potenciando la espacialidad del balcón, o con una relación indirecta como es el caso de la galería de circulación, protegida por un muro de cobogó (en este caso reinterpretado mediante una trama de madera).
